Cuando era un niño de 5 años, una banda de piratas llegó a su pueblo. Quedo fascinado por los relatos de aventuras y la actitud fuerte y valerosa que demostraba la tripulación; pero sobre todo del capitán Shanks el pelirrojo. Desde ese momento, Luffy decidió que él también quería ser pirata. Luffy no cesó en su empeño de intentar convencer a Shanks para que le permitiera formar parte de su tripulación. Pero Shanks, siempre le contestaba que no, también porque era demasiado pequeño.
Un día, mientras el capitán Shanks y su tripulación se relajaban en el Bar Paty's, un grupo de bandidos locales irrumpió en el bar y exigió al bar que le vendiera todo el ron que tuviese. Pero la tripulación de Shanks ya había acabado con todo el ron, y lo único que quedaba sin abrir era una botella que el propio Shanks le ofreció al capitán con una disculpa por haber acaparado con todo el ron. Sin embargo, el capitán no sólo no aceptó sus disculpas, sino que le estrelló la botella en la cara y amenazó a todos Luffy no se tomó con tanta filosofía ese incidente. Quedó muy decepcionado y se enfadó con todos, especialmente con Shanks, por haberse dejado humillar de esa forma por aquel hombre. Pero Shanks le restó importancia y todos continuaron charlando como si nada. Frustrado, y al ver que nadie le prestaba atención, Luffy se fijó en un cofre abierto que alguien había dejado encima de la barra y que contenía una especie de fruta que era una fruta del diablo. Shanks sacudió a Luffy de mil formas e intentó hacerle vomitar; pero la fruta ya había hecho su efecto, y Luffy se había convertido en un hombre de goma.
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